El doctor.


Jué en un rancho de la sierra Allá en la revolución
Cuando quedaban los muertos pudriéndose bajo el sol,
Nos llegó la peste un día, quen sabe de’onde llegó, 
Que´ra la fiebre española, la gente ansí la llamó.

Y que se muere don Chon, don Chon el enterrador,
Lo vino a ver don Zenaido que del rancho era el doitor,
Le puso un espejo, y luego que ‘l muerto no resolló
Y que me gritan Canuto, tú y tu compadre Nabor
Entierren ese dijunto, entre más hondo mejor.

Lo líamos en un petate porque ya no había cajón
Hicimos un joyo grande y allí echamos a don Chon,
Y que se oye muy abajo: __No me entierren por favor
¡Estoy vivo...! ¡Estoy vivo! No sean ingratos por Dios.

Y me dice mi compadre: __No li’aga caso a esa voz; échele tierra compadre, ese ya se petatió;
Dijo el dotor que’sta muerto y él, pos pa’ eso estudió,
¡A poco el muerto tarugo va a saber más que’l dotor!


Autor: Enrique Cisneros L.

Comentarios

  1. Me gusta mucho esta poesía, hace 25 años mi tío la repetia para un concurso en la secundaria y yo estaba en la primaria y recorder un poco la letra, al encontrarla aquí me trae buenos recuerdos. Muchas gracias por compartir esta poaesia y Ojalá no se pierda la práctica de la poesía y la oratoria.

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