¡Perros, mil veces perros!

De nuevo vuestras garras sobre el rostro
de paz y de trabajo de América.
Ya no tenéis descanso..apenas respiráis,
agónicos, bestiales, sucios, embrutecidos.
Desesperados, fríos como la muerte,
teméis a la mujer que ama y al niño que sonríe.
Teméis a vuestra propia sombra.

Hace un año, a orillas del río Hudson,
asesinastéis a los Rosenberg. El ancho río
lleno de los ojos de Whitman, el río
que todo lo viera, lloró con sus ojos azules
ante la cobardía y el crimen.
Desde hace un siglo matáis de hambre
y de sangre al continente.

Sólo sabéis matar.Sólo sabéis escupir
a la rosa de la libertad.
(Chapultepec no olvida.Aquella joven sangre
es como el pan de cada  día,
es como la oración de cada mexicano)

Pues sólo sabéis hincar los dientes
y las metálicas garras.Sólo sabéis
degollar a la paloma de paz y de trabajo.
Ahora es Guatemala, donde el azul
es el cristal del triunfo
y la revolución la semilla del amor.

Volvéis a andar, cenicientos y apocalípticos,
grises como gallinas, como perros
olisquiando la dolorida carne del Caribe,
siempre volvéis,
sobre la canción del quetzal,
sobre el Asia que es dulzura,
sobre Hiroshima que vio morir a todos sus niños
y ahora sobre el pequeño país
que se construye al tiempo
que se abren sus alas.

¡Bandoleros de siempre, arrasadores de
América!

¡Pisoteadores de países,
sangrientos y sanguinarios siempre..
en Colombia que se rompió los hombros
y en Veracruz que se llenó de sal
la pavorosa herida del 14!
¡Ya no tenéis descanso!
¡Respiráis, como los muertos, y los muertos,
se ríen de vuestro aire,
de vuestras banderas donde las estrellas
están muertas,
donde el azul traiciona
y las barras se desploman de vergüenza!
¡Bandidos sin bandera! ¡Desesperados,
histéricos, hipócritas, viciosos!
¡Ahora es Guatemala, donde el azul
es el azul del cielo!
Guatemala,
donde el honor hace honor a su nombre
y donde el río de Roosevelt y 
las rosas de Roosevelt
palpitan,
donde se quiere vivir y amar
donde se debe amar y vivir.
Guatemala más hermana que nunca,
la más hermana,
nuestra pequeña niña de los los ojos de agua.
(Guatemala, niña de nuestros ojos...
¡Hoy te rompen el alma
y te quiebran el música y el triunfo!)
¡Pues solo sabéis, oh yanquis de miseria,
oh matadores de indios y de niños,
oh vencedores de Hiroshima,
oh miserables buitres de Chapultepec,
sólo sabéis ladrar,
babear,
morder rabiosamente!
¡Perros, mil veces perros!


Autor Efraín Huerta.

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