Palabras sobre la sabiduría

Un anochecer, estaba El Ermitaño, el Dulce Amado, componiendo una canción. Estaba el Más Amado sentado en un barril, donde, en más de una ocasión, se lo vio dormir. Las estrellas habían ya estallado en el cielo y hacía varios minutos que la luna estaba encendida. Era una noche hermosa. 

Recién comenzaba, pero demás podía notarse que era una noche hermosa. Las gentes del pueblo presentían que esa noche El Ermitaño, el Sabio Amado, habría de hablarles algo. Varios días hacía desde el acontecimiento de la ribera del río y de los niños, y El Ermitaño, el Muy Amado Maestro, no había vuelto a hablar o, como él decía, no había vuelto a cantar las canciones que aprendió mientras vivía en lo más espeso de los bosques que están más allá de los grandes ríos y de toda obra humana, mientras vivió en su ermita.

Por eso, es que esa noche, todos esperaban oír la voz del Ermitaño.

Al verlos, el Bien Amado dijo así:

—Hoy os quiero cantar una muy preciada canción.

Entonces, un hombre joven dijo:
—Maestro, cántanos tu canción, pero antes dinos: ¿Cómo es que eres tan sabio?

Y un adolescente le gritó:
—¡Ermitaño, mejor danos tu sabiduría, queremos ser como tú!

El Elegido, dando muestras de comprensión, volvió a decir: "Os voy a hablar de la Sabiduría". Y diciendo esto, se acomodó en el barril y dijo:

—La Sabiduría plena es inalcanzable en nuestro estado de conciencia, más su búsqueda es hermosa.

El que encuentre la Sabiduría habrá encontrado la Verdad y, con ello el Sendero de la Vida, que no es otra cosa que estadios superiores de conciencia. En nuestra vida cotidiana, todos los días conocemos y aprendemos muchas verdades, que son sólo una parte de la Vida y de la Verdad Eternas. Son sólo un pequeño saber en el Sendero de la Sabiduría. Porque la Sabiduría nos acerca a Dios y bien sabemos que la plenitud de la presencia de Dios, no es de este mundo.

Es que la Sabiduría es ascensión espiritual, es la Providencia que guía e ilumina el difícil camino de la vida. Es la canción más hermosa de todas las que existen. Es la Única Canción.

Pero, hermanos míos, la Sabiduría es intraspasable, no está permitido al sabio entregar su Sabiduría como donación, sólo puede mostrarla. El verdadero sabio sólo podrá guiar a sus discípulos para que encuentren ellos su propia Sabiduría, que es también su propio Sendero y su propia Verdad. El verdadero sabio sólo puede dar ánimo a través de su ejemplo.

Mas...¿qué Sabiduría buscar? Ciertamente aquella que nos está dada de acuerdo a nuestro desarrollo evolutivo como seres humanos, aquella que nos haga comprender nuestro rol en el mundo. Debemos buscar la Sabiduría de la Humanidad, la Sabiduría del ser humano en relación con el universo. 

Debemos, antes que todo, creer en el Hombre, sólo así se puede creer verdaderamente en Dios. Eso es lo que nos pide el Creador. Porque nuestra Sabiduría debe iluminar el camino de nuestros hermanos y así nosotros, ciertamente, seremos iluminados por quienes nos preceden. Así es el renacer de la fe en la vida, es el amanecer de la humanidad.

Antes os dije que la Sabiduría sólo sirve en el amanecer y esto es porque la Sabiduría debe ser usada como vehículo de superación espiritual. Y por eso os pregunto ¿Qué superación puede haber en el ocaso? Falsa superación, así llamo yo a las superaciones de los predicadores del ocaso.

Así dijo El Ermitaño, el Noble Sabio, y preparó su cuerpo para dormir.

En tanto, todos lo dejaron, tras haber oído sus palabras, pero no lograron comprenderlas del todo. Sólo fueron capaces de percibir que eran hermosas.

Ya estaba bien entrada la noche.


Comentarios

Entradas populares